Páginas

viernes, 3 de junio de 2011

El MIsmo Traje

Cierta vez un hombre visitó a su Rabí, y le relató su problema: -- Rabí, soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida: El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia. Pero cuando le presenté la prenda terminada, el príncipe comenzó a gritarme e insultarme. -- ¿Ésto es lo mejor que puedes hacer? Es una atrocidad. ¿Quién te enseñó a coser? -- Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. Rabí, estoy arruinado. Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto. No entiendo qué sucedió, ha sido el mejor traje que he hecho en años. El Rabí le contestó: -- Vuelve a tu negocio, descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego, llévala al príncipe de nuevo. -- Pero obtendré el mismo traje que tengo ahora -protestó el sastre-, además, mi estado de ánimo no es el mismo. -- Haz lo que te indico, y Dios te ayudará, dijo el Rabí. Dos semanas después, el sastre retornó a donde el Rabí: -- Rabí, usted ha salvado mi vida. Cuando le presenté nuevamente el traje al príncipe, su rostro se iluminó y exclamó: "¡Este es el traje más hermoso y delicado que haya visto en toda mi vida!" Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos. Pero Rabí, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre el primer traje y el segundo? El Rabí le explicó: -- El primer traje, fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y con el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provocaba admiración en quien la veía

No hay comentarios:

Publicar un comentario